Aquella mañana, se había levantado nerviosa.
Y, mientras iba de un lado a otro,
con la taza de café humeante, en la mano,
pensaba, que ese día se lo diría,
sí, no podía esperar más,
para que dejar pasar más tiempo.
Había pasado más de un mes,
y ahora, estaba preparada
para una relación seria.
Hoy lo buscaría y hablaría con él.
Salió.
El sol brillaba amenazando tormenta.
Cuando se cruzó con él, lo miró
y se quedó quieta, callada.
No pudo decirle nada.
El brazo, en el que ella había decidido apoyarse,
estaba ocupado.
3 comentarios:
Esa sensación es de las peores que siente una persona, es morirse en vida que la persona amada este con otra-o y la has transmitido muy bien con tus versos, bello poema Isis, besitos y feliz finde.
Gracias por pasarte, esa sensación, como bien dices es de las peores, pero suele pasar cuando piensas que tienes tiempo, sin pensar que la otra persona puede no dartelo.
Besos.
Es triste pero así es. A veces creemos que vamos a tener tiempo para decirle a una persona todo lo que pensamos, y desgraciadamente llegamos tarde.
Besos ISIS.
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